sábado, 31 de diciembre de 2011

Los orígenes de la Navidad (parte II)


En esta segunda entrada sobre la Navidad, me gustaría compartir algunas curiosidades sobre algunos de los orígenes de las costumbres y ritos que hoy realizamos en estas fechas. Espero que alguna os sorprenda.

Baltasar no fue negro hasta el siglo XVI. Fue debido a las necesidades ecuménicas de la Iglesia, identificaron los tres reyes magos con los tres hijos de Noé que, según el Antiguo Testamento, representaban a las tres razas del mundo (entonces conocido): los europeos, los semitas y los africanos.



Montar el belén fue una costumbre nacida nada más y nada menos que en el siglo III, gracias a San Francisco de Asís. Tras asistir a la celebración de la Natividad en Belén, quiso celebrar solemnemente una fiesta de Navidad con el fin de exaltar la devoción popular por esta conmemoración.



La misa del gallo debe su nombre a la fábula que afirma que el primer ser vivo que presenció el nacimiento de Jesús y lo comunicó al mundo, fue un gallo.

Dos escritores americanos, Washington Irvin y Clement C. Moore, fueron los que convirtieron a San Nicolás, el obispo turco protector de los niños, en el actual Santa Claus. Posteriormente, los dibujos de Thomas Nast esbozaron los rasgos básicos de la figura y fue Coca-Cola quien encargo al publicista Sunndblom que remodelara la imagen de Santa Claus y en 1931 nació el Santa Claus con el aspecto con el que todos le conocemos hoy en día.



El origen del árbol de navidad es antiquísimo y propio de los pueblos indoeuropeos. Estos pueblos convirtieron en culto de la Madre Naturaleza al árbol, principalmente el roble. Pero como el roble no crecía en todas partes, cada pueblo adoptó su propio culto al árbol de la zona que habitaba. De las ramas de los árboles se colgaban telas de colores y piedras pintadas que actuaban como amuletos que propiciaban el regreso regenerador de la Naturaleza. Fue san Bonifacio por el siglo VIII quien proclamó que el abeto era el árbol del niño Jesús.



El acebo sustituyó al muérdago al ser prohibido este último por la Iglesia Católica en los hogares por ser un símbolo bárbaro e idólatra. La Iglesia eligió el acebo pues sus hojas recordaban las espinas de la corona de Cristo.

Los colores de los adornos Navideños tienen un significado mágico. Predominan el verde, amarillo, rojo, blanco y el azul. El color verde es la representación de la Naturaleza; el amarillo es el color del sol y de las espigas maduras de trigo; el rojo es el color del fuego y la sangre, ligados a la vida; el blanco significa pureza y espiritualidad; por último, el azul representa el cielo.

En cuanto a los adornos, la piña es símbolo de inmortalidad, la estrella representa la resurrección, las campanas nos hacen llegar el sonido de las verdades reveladas y las bolas representan a la manzana, fruto del conocimiento y de la libertad de elección

Una curiosidad para los amigos del ocultismo y la magia: si cortas una manzana por la mitad, perpendicularmente al eje del péndulo, observarás que los alvéolos que contienen las pepitas forman una estrella de cinco puntas.

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