viernes, 13 de enero de 2012

¿Dolores generalizados? ¿cansancio crónico? ¿fatiga constante?

La fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica (SFC) son enfermedades cada vez más frecuentes. La medicina ha tardado mucho tiempo en definirlas y diagnosticarlas. Las personas que las padecen recorren un gran número de especialistas y se les realizan un sinfín de pruebas diagnósticas sin obtener unos resultados claros.

La fibromialgia y la fatiga crónica son enfermedades que deterioran gravemente la calidad de vida de quien lo padece. Las actividades cotidianas y diarias se hacen imposibles, como ducharse o salir a la calle, lo que provoca procesos muy invalidantes.

Suelen iniciarse de forma progresiva, comenzando con problemas locales como dolores lumbares, dorsales… para ir incrementándose hasta hacerse generalizados. Suelen ir acompañados de otros síntomas como cefaleas, problemas de concentración, alteraciones del sueño, problemas intestinales, etc.

Los estudios y analíticas médicas no ofrecen información de valor. En numerosas ocasiones, se deriva al paciente al psiquiatra bajo la idea de padecer depresión. Es cierto que la presencia de ansiedad o alteraciones del estado anímico están presentes, pero son síntomas que acompañan a la dificultad de tener una vida normal.




Tanto en la fibromialgia como en la fatiga crónica cada paciente presenta de forma individualizada los síntomas de su enfermedad, lo que hace difícil su diagnóstico. La primera fase en el abordaje de este tipo de enfermedades crónicas es la de llegar a un correcto diagnóstico de las mismas.

En segundo lugar, es importante valorar la carga viral del paciente, pues la reactivación de virus como el Epstein-Barr o los Citomegalovirus tipo 6, puede ser causa desencadenante de este tipo de patologías. Otros factores que puede desencadenar el proceso son la exposición a altos niveles de estrés físico o mental, tóxicos ambientales y sustancias químicas. Estas últimas se acumulan en el tejido adiposo y algunas de ellas, de manera específica, en el cerebro.

Asegurar una buena salud intestinal es esencial en el tratamiento de la fibromialgia y de la fatiga crónica, aspecto que pocas veces se tiene en cuenta. El intestino actúa como primera barrera inmunológica evitando que sustancias químicas indeseadas o patógenos, puedan pasar al interior del organismo. De hecho, el sistema inmunitario ha sido recientemente denominado por la medicina “Sistema Inmune Asociado a Mucosas” (MALT). Una mala salud intestinal genera “tensión inmunológica” provocando una sobrecarga del Sistema Inmune.

Tan importante es evitar que determinados elementos accedan al interior del organismo como tener un sistema de eliminación de sustancias de desecho eficiente. Este proceso de detoxificación lo lleva a cabo el hígado.



Si sufres más de tres síntomas de los que menciono a continuación, puede que padezcas fibromialgia o Síndrome de Fatiga Crónica.

Síntomas:

Cansancio generalizado

Falta de vitalidad

Dolores musculares inespecíficos

Irritabilidad y/o cambios de humor

Dificultad para dormir

Dolores articulares generalizados

Dificultad de movimiento

Cefaleas, migrañas, dolor de cabeza

Ataques de ansiedad

Palpitaciones, alteraciones del ritmo cardiaco

Hinchazón abdominal, estreñimiento y/o diarreas

Gracias a sendos convenios firmados entre la Clínica CMI de medicina integrativa y la Confederación Nacional de Fibromialgia y SFC  de España y la Asociación de Fibromialgia de la Comunidad de Madrid (AFIBROM) respectivamente, todos sus asociadas/os podrán acceder a las conferencias, charlas y talleres que se impartirán dentro de los acuerdos adoptados en el convenio. Asimismo, los asociados/as de estas asociaciones pueden beneficiarse de ventajosos descuentos en las consultas, pruebas diagnósticas, tratamientos y terapias de la Clínica CMI.

Fuente: http://www.medicinaintegrativa.com/

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